Cuentan algunas personas más ancianas, que inclusive en plena época moderna, ven, escuchan y son testigos de los mitos de la Pata Sola, La Madremonte, El Pollo Maligno, El Duende y una que otra Bruja, siguen molestando a las personas, por ejemplo el duende les embolató un hijo durante varias horas, que la Madre Monte emitía sus quejidos a altas horas de la noche, que las bestias amanecen en sus corrales con trenzas en su crin y cola, fuera de lo anterior las brujas pasan a ciertas horas de la noche por encima de los tejados sacudiendo sus enaguas y soltando sus rizotadas, y siempre a las doce en punto escuchan al pollo maligno y las zancadas de la patasola y para agregar en cierta época del año observan dizque al Jinete sin cabeza.
A todo lo anterior se une la leyenda de guacas y tesoros encantados, que en junio y diciembre son muy propicios a aparecer mediante señales en llamas, ánimas, animales y un sin numero de pistas que generación tras generación son verdaderas reliquias de las leyendas y mitos de la población Colombiana y de un municipio que como Roldanillo aún guardan su encanto y son de alta credulidad.
LA PATA SOLA.
Cuentan nuestros antepasados que era uno de los mitos más temible, feroz y sanguinario de los bosques y montañas, habita en las cumbres de las cordilleras, es el terror de los maridos infieles, asesina a sus victimas para escarmiento de los otros.
Siempre desorienta a los que la persiguen, pues tiene una sola pata que termina en una pezuña de bovino colocado al revés. Dirigiéndolos en sentido contrario la patasola avanza con rapidez asombrosa. En unas ocasiones se le escucha lamentándose como mujer extraviada, y al prestarle ayuda sus victimas eran estranguladas y chupada su sangre.
Su aspecto es de una horripilante vieja con cabellos largos y enredados, los ojos rojos y brotados como los del demonio, desnuda, y con un solo seno y colmillos enormes; Detesta el agua, los cielos azules y la salida del sol, posee el poder de la metamorfosis, a los hombres se les presenta casi siempre semidesnuda, tentadora y en forma de mujer con grandes atractivos físicos, hermosísima de cabellos rubios; estos siempre caen y la siguen, y cuando ya está en la espesura y la oscuridad del bosque se transforma de nuevo en su forma natural y los consume rápidamente.
LA LLORONA
Este mito es urbano y de montaña, trasmitido por todas las generaciones y que hoy recobra vida literaria; pero que en cada región existen personificaciones distintas; pero solo existe una generalidad en todas las versiones y es el llanto de donde deriva su nombre.
Cuentan nuestros antepasados que es el alma en pena de una madre que ahogó a su hijo en una quebrada por ser el producto de una deshonra y para no pasar vergüenza y que Dios en castigo la condenó a espiar su pecado vagando por las orillas de los ríos y quebradas.
Atormenta a las mujeres desnaturalizadas que maltratan o abandonan a sus hijos o todo aquél que se atreve a hacerle daño a un niño. A esta superstición le temen los borrachos y trasnochadores.
Se les aparece a un hombre cuando va o viene de visitar a una mujer que no sea su esposa.
EL CURA SIN CABEZA.
Este espanto es muy común en todas las regiones de Colombia, en Roldanillo cuentan que se presentaba vistiendo su habito, en la mano derecha sostiene un rosario y en la otra su propia cabeza y en lugar de su cabeza una luz azulita, espanta a altas horas de la noche saliendo de una escuela reconocida y caminando hasta la Ermita.
Dicen que es un alma en pena, que al parecer se enamoro de una monja de la región, la cual, por su amor prohibido, se suicido en la escuela de donde se ve salir el sacerdote.
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